La baja del nivel del Lago de Chapala ha llevado a una crisis en el turismo y la economía local. Comerciantes y lancheros expresan su preocupación por la falta de visitantes y viajes.

La disminución alarmante del nivel del agua en el Lago de Chapala, uno de los principales atractivos naturales de Jalisco, ha desencadenado una crisis en el turismo y la economía local, generando preocupación entre comerciantes y lancheros de la zona.

 

Ubicado en el corazón del estado, el Lago de Chapala abarca más de 114 mil hectáreas y es un destino popular tanto para locales como para turistas, quienes disfrutan de sus paisajes pintorescos, pueblos aledaños y actividades acuáticas.

 

Sin embargo, la sequía ha dejado al lago con apenas el 38% de su capacidad, uno de los niveles más bajos registrados en años, según datos de la CONAGUA. Esta situación contrasta drásticamente con el 53% de capacidad que tenía en mayo del año anterior, evidenciando el impacto de la falta de precipitaciones.

 

La reducción en el nivel del agua ha llevado a una caída significativa en el turismo, afectando especialmente a lancheros y comerciantes locales, cuyos ingresos dependen en gran medida de la afluencia de visitantes al lago.

 

«Viajes diarios ahora son uno o dos en los días buenos; en los malos, a veces no hacemos ninguno. Es triste», lamenta un lanchero de la zona, reflejando la difícil situación que enfrentan quienes dependen del turismo para subsistir.

 

La crisis se intensifica con la percepción de los visitantes, muchos de los cuales optan por otros destinos al ver la disminución del agua en el lago. «Para turismo sí afecta, mucha gente ve el lago y prefieren irse a otro lugar. Por ejemplo, los que quieren subirse a la lancha dicen que no hay ni agua», señala Cristian, comerciante del Malecón de Chapala.