La crinolina y sus peligros ocultos revelan cómo la moda ha desafiado la seguridad y los roles de género

La moda histórica a menudo refleja los valores y las tensiones de su tiempo, y la crinolina no es una excepción. Este armazón de falda del siglo XIX, hecho de materiales como madera, acero o crin de caballo, es un ejemplo dramático de cómo la moda puede influir y, a veces, poner en peligro la vida de quienes la adoptan. A pesar de su peligrosidad inherente, debido a la inflamabilidad de los materiales utilizados, la crinolina se popularizó rápidamente entre las mujeres de la época, permitiéndoles hacer declaraciones tanto de moda como de autonomía personal.

La crinolina, que podía extender las faldas hasta 5,5 metros de ancho, no solo era una declaración de estilo; era también un campo de batalla de género. Las caricaturas y críticas en la prensa de la época la denunciaban como extravagante y peligrosa, pero las mujeres la adoptaron por la libertad que proporcionaba al reducir las capas de ropa y por la declaración social que significaba al ocupar más espacio físico.

Sin embargo, los riesgos eran reales y severos. Entre 1859 y 1869, se estima que unas 3,000 mujeres en Inglaterra perdieron la vida en incendios relacionados con la crinolina. Incidentes trágicos como la muerte de las hermanas de Oscar Wilde, y de Fanny Longfellow, la esposa del poeta Henry Wadsworth Longfellow, subrayan el peligro mortal que representaba esta moda.

Más allá de los riesgos físicos, la crinolina también desempeñaba un papel en el desafío a los roles de género establecidos. Según la académica Rebecca Mitchell, la crinolina podía ser una herramienta de opresión o una expresión de resistencia, utilizada por las mujeres para afirmar su presencia y gestionar su privacidad de maneras sutiles pero poderosas.

A medida que avanzaba el tiempo, las críticas masculinas y los nuevos desarrollos en textiles no inflamables llevaron a la disminución de la popularidad de la crinolina, siendo eventualmente reemplazada por el polizón. Este cambio refleja una evolución continua en la moda, donde la seguridad y la practicidad comenzaron a priorizarse más que la mera estética o el impacto social.