Reconocer y tratar la ansiedad social es fundamental para mejorar la calidad de vida y el desempeño en el trabajo

En un mundo donde la ansiedad se ha convertido en una constante para muchos, el trastorno de ansiedad social emerge como una de las manifestaciones más comunes, afectando significativamente la vida laboral y social de quienes lo padecen. Este trastorno, caracterizado por el temor intenso a ser juzgado negativamente en situaciones sociales, impacta a cerca del 13% de la población en algún momento de su vida, según el psiquiatra John W. Barnhill. A diferencia de la simple timidez, la ansiedad social puede generar un malestar profundo y persistente, limitando las oportunidades y experiencias de las personas en varios aspectos de sus vidas.

La especialista en Recursos Humanos, Nelly López, destaca que este trastorno se manifiesta frecuentemente durante la adolescencia, lo que permite su diagnóstico y tratamiento antes de ingresar al ámbito laboral. Sin embargo, si no se aborda adecuadamente, puede presentar desafíos significativos durante las entrevistas de trabajo y el desempeño laboral, especialmente en entornos que requieren interacción social constante.

López sugiere que las personas con ansiedad social pueden encontrar mayor comodidad en trabajos con menor exigencia en habilidades sociales, como la escritura, traducción, programación, asistencia virtual, jardinería o diseño gráfico. Además, en el proceso de selección laboral, ser franco sobre esta condición y demostrar proactividad en el manejo de la salud mental puede ser visto positivamente por los empleadores.

Para quienes enfrentan este trastorno, es crucial buscar ayuda profesional. Los tratamientos recomendados incluyen terapia cognitivo conductual y, en algunos casos, medicación específica. Además, adoptar hábitos de vida saludables, como un buen descanso, una alimentación balanceada y evitar sustancias nocivas, puede ser de gran ayuda.

En resumen, la ansiedad social es un trastorno serio que requiere atención y tratamiento. Reconocerlo no solo mejora la calidad de vida de quien lo padece, sino que también puede abrir puertas a oportunidades laborales satisfactorias, permitiendo un desempeño exitoso y pleno en el ambiente de trabajo.