Una estrategia para integrar la naturaleza en las ciudades y promover el bienestar

La Regla 3-30-300, promovida por el profesor holandés de ecologización urbana y silvicultura, Cecil Konijnendijk, propone una forma innovadora de mejorar la salud mental de los ciudadanos integrando más naturaleza en los entornos urbanos. Este enfoque se basa en tres principios clave: que cada persona pueda ver al menos tres árboles desde su casa, que haya un 30% de cobertura vegetal en su barrio, y que vivan a menos de 300 metros del parque o espacio verde más cercano.

Un estudio del Instituto de Salud Global (ISGlobal) de Barcelona revela que vivir cerca de espacios verdes puede reducir significativamente los problemas de salud mental. Según los expertos del ISGlobal, las personas que viven cerca de árboles y zonas verdes tienen menos probabilidades de padecer problemas de salud mental.

Sin embargo, la implementación de esta regla en grandes ciudades es aún limitada. En Barcelona, por ejemplo, solo el 4.7% de los barrios cumplen con la regla 3-30-300, según un estudio en Cataluña. La urbanización intensa y la construcción de edificios, centros comerciales y estacionamientos son las principales barreras para alcanzar estos objetivos.

En contraste, varias ciudades de Norteamérica y Europa han adoptado con éxito este enfoque. En Florida, EE.UU., y Gotemburgo, Suecia, muchos barrios ya cumplen con las indicaciones de la regla 3-30-300, lo que ha llevado a una mejora en la salud mental de los habitantes, menor uso de medicación para la ansiedad y la depresión, y menos visitas al psicólogo.

El contacto con la naturaleza está asociado con un aumento en la felicidad, el bienestar subjetivo y las interacciones sociales positivas. Además, se ha demostrado que reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, y puede ser terapéutico en la prevención del riesgo suicida.

A pesar de los desafíos, es crucial que más ciudades tomen medidas para integrar la naturaleza en sus entornos urbanos, siguiendo el ejemplo de los modelos exitosos en América del Norte y Europa. Estas acciones no solo beneficiarán al planeta, sino también a la salud y el bienestar de las personas.