A medida que nos adentramos en el futuro tecnológico, los riesgos de ciberseguridad evolucionan, y para el año 2024, se destacan dos áreas críticas: la Inteligencia Artificial (IA) y los vehículos eléctricos (VE). Estos desarrollos tecnológicos, si bien ofrecen avances significativos, también presentan desafíos considerables en términos de seguridad digital.

Aumento de Amenazas en la Inteligencia Artificial: La IA, cada vez más integrada en diversos aspectos de nuestras vidas, se encuentra en la mira de los ciberdelincuentes. Se espera un aumento de ataques basados en IA, planteando desafíos significativos para la protección de sistemas que dependen de esta tecnología. La complejidad de los algoritmos y la capacidad de aprendizaje de la IA también brindan a los atacantes nuevas oportunidades para comprometer la seguridad.

Vulnerabilidades en Vehículos Eléctricos: El avance tecnológico en el campo de los vehículos eléctricos los hace más susceptibles a posibles ataques cibernéticos. Con la creciente interconexión y automatización en los VE, se plantea un riesgo emergente en el ámbito de la ciberseguridad. Desde manipulaciones en sistemas críticos hasta amenazas a la seguridad del conductor, los vehículos eléctricos se convierten en un foco clave para la protección digital.

Estos riesgos subrayan la importancia de la vigilancia constante de las tendencias en ciberseguridad y la necesidad de adoptar medidas proactivas. La colaboración entre la industria, los reguladores y los expertos en seguridad cibernética se vuelve esencial para abordar estos desafíos en constante evolución. La prevención y la adaptabilidad serán clave en la defensa contra las amenazas emergentes en el panorama digital de 2024.