En medio de las especulaciones y tensiones que rodean el proceso interno de selección en el partido MORENA, Adán Augusto López Hernández, aspirante a ser el Coordinador de la Defensa de la Cuarta Transformación, descarta cualquier riesgo de ruptura dentro de la agrupación política.

Durante una asamblea llevada a cabo en Río Verde, San Luis Potosí, hizo hincapié en la importancia de mantener la unidad tanto entre los participantes en dicho proceso como entre todos los ciudadanos mexicanos.

López Hernández se pronunció en contra de las encuestas que se realizan para medir la preferencia de la ciudadanía hacia los distintos candidatos, denominándolas «anímicas» y afirmó que son publicadas en función de quién las financia, alentando únicamente al pagador.

“La única encuesta que vale es la de Morena que se llevará a cabo en primeros días de septiembre”, aseveró el tabasqueño.

El aspirante también compartió detalles de su reunión con el dirigente nacional de MORENA, Mario Delgado, en la cual se discutió sobre los diálogos sostenidos con destacados miembros del partido, incluyendo a Marcelo Ebrard, Gerardo Fernández Noroña, Claudia Sheinbaum, Ricardo Monreal y Manuel Velasco.

Con respecto a la oposición, López Hernández consideró sus acciones como «decisión desesperada», acusándolos de recurrir a empresas para obtener votos. Además, expresó su confianza en que la Cuarta Transformación continuará avanzando sin obstáculos y que la oposición no podrá detener su progreso.

“No veo en el horizonte como la oposición va a detener a la Cuarta Transformación”, afirmó convencido.

En cuanto a su llamado a la unidad, el político hizo un enfático llamado a sus compañeros de partido para que prioricen la unidad interna, argumentando que esta es la clave para mantener y consolidar la Cuarta Transformación, una empresa que considera de vital importancia para erradicar la marginación y la injusticia en México.

En relación con recientes incidentes de censura hacia el presidente López Obrador, López Hernández destacó su desacuerdo, calificando las acciones de los magistrados electorales como un intento de controlar la libre expresión.

Además, criticó una resolución provisional de un juez que afectó al presidente, al considerarla desproporcionada y motivada por «intereses oscuros».