En las últimas tres décadas, el planeta ha experimentado una significativa disminución en las tasas globales de natalidad, descendiendo de un promedio de 3.2 nacimientos por mujer en 1990 a 2.5 en 2019. Este cambio no solo refleja una transformación demográfica, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de la estabilidad poblacional global, cuyo umbral se sitúa en 2.1 nacimientos por mujer. Para 2050, se proyecta una preocupante cifra de solo 2.2 nacimientos por madre.

Al observar la tendencia en los países más poblados, como China, India y Estados Unidos, es evidente la presencia de un patrón decreciente. Sin embargo, es en México donde este fenómeno se manifiesta con mayor rapidez y claridad. Según datos de Our World in Data, México ha visto reducir su tasa de natalidad de 49.31 nacimientos anuales por cada 1,000 habitantes en 1950 a apenas 14.86 en 2021. Este descenso del 70% no solo es notable sino que también sitúa a México como líder en la reducción de natalidad entre los diez países más poblados del mundo.

https://i.blogs.es/648910/cambio-en-la-tasa-de-natalidad-desde-1950-hasta-2021-en-los-paises-mas-poblados-del-mundo/1366_2000.jpeg

A nivel global, países del centro de África como Mali, Chad y la República del Congo aún exhiben una alta densidad de natalidad, con más de 41 nacimientos por cada 1,000 habitantes. En contraste, más de la mitad del mundo mantiene una tasa inferior a los 15 nacimientos anuales por cada 1,000 personas.

 

Este panorama nos lleva a reflexionar sobre el futuro demográfico del planeta. La tendencia a la baja en la natalidad, combinada con desafíos como el cambio climático, las tensiones económicas y los conflictos regionales, podría acelerar un descenso poblacional global antes de 2050. A pesar de estos retos, la historia humana está llena de ejemplos de adaptación y solución a problemas complejos, y este no debería ser la excepción.

https://i.blogs.es/ecbe74/velocidad_de_disminucion_de_la_natalidad_en_los_paises_mas_poblados_del_mundo/1366_2000.jpeg

Ante este escenario, resulta esencial reconsiderar políticas de población y estrategias de desarrollo que no solo aborden las necesidades actuales, sino que también preparen a nuestras sociedades para un futuro donde la dinámica poblacional podría ser radicalmente diferente a todo lo que hemos conocido hasta ahora.