Con hasta 18 ciclones pronosticados, expertos advierten sobre la intensificación de fenómenos debido a temperaturas oceánicas más altas

La temporada de ciclones tropicales de 2024 en México, que comenzó oficialmente el pasado 15 de mayo, se perfila como una de las más activas en años recientes. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se esperan hasta 18 ciclones tropicales en el Océano Pacífico, con potencial de afectar directamente al país.

Esta temporada se caracteriza por su intensidad, con pronósticos que sugieren que hasta cuatro de estos ciclones podrían alcanzar las categorías de huracán 3, 4 o 5, lo cual representa un riesgo significativo para las zonas costeras. Las estimaciones detallan que de los posibles ciclones, entre ocho y nueve podrían clasificarse como tormentas tropicales, y de estas, cuatro o cinco podrían intensificarse a huracanes categoría 1 o 2.

Los ciclones han sido nombrados de Aletta a Zekez, incluyendo nombres como Bud, Carlotta, y Olivia, entre otros. Estos nombres no solo facilitan la comunicación y la información pública sobre las tormentas, sino que también ayudan a mantener el orden y la claridad en el monitoreo.

El Dr. Alejandro Jaramillo Moreno, del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, subraya que estos pronósticos están basados en modelos estadísticos que utilizan datos históricos, por lo que es crucial estar preparados para cualquier eventualidad, ya que la cifra real de ciclones podría variar conforme avanza la temporada.

Además, el contexto climático global añade otra capa de preocupación. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos ha pronosticado una temporada de huracanes en el Océano Atlántico «superior a lo normal», atribuida en parte a La Niña y a las elevadas temperaturas oceánicas, que casi alcanzan récords. Esto podría resultar en hasta 25 tormentas tropicales y 13 huracanes en esa región, con hasta siete alcanzando categorías extremas.

El Dr. Jaramillo Moreno explica que la temperatura elevada de los océanos actúa como un «combustible» para los huracanes, acelerando su intensificación. Este año, las temperaturas han superado los 21 °C, notablemente por encima del promedio de 17 °C, creando condiciones óptimas para la formación y fortalecimiento de ciclones.

En resumen, tanto autoridades como ciudadanos deben estar alerta y preparados para una temporada de ciclones potencialmente histórica, que promete ser tanto desafiante como impredecible.