Un estudio reciente sugiere que la tartamudez podría originarse en una red cerebral específica, alterando la comprensión previa de esta afección

En un avance significativo en la neurología, investigadores de la Universidad de Turku en Finlandia han hecho un descubrimiento que podría cambiar el curso del tratamiento para la tartamudez. Publicado recientemente en la revista Brain, el estudio liderado por el profesor Juho Joutsa, especialista en neurología, ha identificado una red cerebral que parece estar vinculada directamente con la tartamudez.

Este hallazgo es crucial ya que, hasta ahora, la tartamudez era comúnmente malinterpretada como un trastorno psicológico. Sin embargo, las investigaciones recientes demuestran que se trata de un trastorno neurológico, relacionado con la regulación de la producción del habla en el cerebro.

El equipo de Joutsa se centró inicialmente en 20 adultos que desarrollaron tartamudez tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV). A pesar de que las lesiones cerebrales ocurrieron en diversas ubicaciones, todas parecían afectar una red cerebral específica. Esta observación fue respaldada por estudios de resonancia magnética (IRM) en 20 personas con tartamudez del desarrollo, quienes mostraban anomalías en los mismos nodos de la red cerebral.

Los investigadores descubrieron que estos nodos incluyen estructuras profundas en el cerebro como el putamen, que regula la función motora; la amígdala, que gestiona las emociones; y el claustrum, que facilita la transmisión de información entre diversas redes cerebrales.

El estudio también observó una correlación directa entre la severidad de la tartamudez y el grado de alteración en estas áreas, sugiriendo un efecto «dosis-respuesta». Este descubrimiento no solo proporciona una mejor comprensión de las causas fundamentales de la tartamudez, sino que también abre la puerta a métodos de tratamiento más efectivos y dirigidos.